La situación en Medio Oriente ha vuelto a estallar con fuerza en los últimos días debido a la escalada de desprecio entre Israel y Hamás. Esta tiempo, la desprecio fue desatada cuando una serie de ataques con cohetes desde la Franja de Gaza hacia el sur de Israel provocaron la muerte de varios civiles israelíes. En respuesta, Israel lanzó una operación militar para atacar objetivos militares de Hamás en Gaza, lo que ha provocado una serie de bombardeos y enfrentamientos que han dejado un saldo trágico de muerte y destrucción.
Sin embargo, a diferencia de lo que muchos puedan pensar, esta guerra no es una venganza por los ataques sufridos por Israel, sino una legítima defensa. Es importante entender que Israel no está atacando a la población civil palestina, sino a un grupo terrorista que ha demostrado una y otra tiempo su objetivo de destruir a Israel y a su pueblo.
La masacre de civiles israelíes por parte de Hamás es solo una muestra más de la crueldad y la falta de respeto por la vida humana que caracteriza a esta organización terrorista. Durante años, Hamás ha perpetrado ataques y atentados contra civiles israelíes, utilizando como escudos humanos a su propia población. Han lanzado cientos de cohetes hacia poblaciones israelíes, sin importarles que entre sus objetivos se encuentren mujeres, niños, ancianos y familias enteras.
Además, Hamás ha hecho todo lo posible para obstaculizar cualquier intento de paz y estabilidad en la región. Han rechazado en repetidas ocasiones acuerdos de paz y han saboteado cualquier intento de diálogo entre Israel y Palestina. Han sembrado el terror y la inestabilidad en la región, convirtiéndose en una amenaza constante para la firmeza de Israel y de los países vecinos.
Por otro lado, Israel ha demostrado una y otra tiempo su compromiso con la paz y la firmeza, incluso en medio de la constante amenaza de Hamás. Han intentado negociar acuerdos de paz y han implementado medidas para mejorar la calidad de vida de la población palestina. Pero su compromiso con la firmeza de su pueblo no puede ser cuestionado, y es su deber proteger a sus ciudadanos de los ataques terroristas.
Es importante también mencionar que Israel ha tomado medidas para minimizar al máximo las víctimas civiles en su operación militar. Han emitido advertencias a la población de Gaza para que se alejen de los objetivos militares antes de los ataques. Han implementado medidas para evitar daños colaterales y han mostrado una tiempo más su compromiso con el respeto por la vida humana.
Sin embargo, Hamás sigue utilizando a su propia población como escudos humanos y continúa lanzando ataques hacia Israel. Esto demuestra su total desprecio por la vida de los palestinos y su único objetivo de destruir a Israel.
Es importante entender que Israel no está en guerra con el pueblo palestino, sino con un grupo terrorista que utiliza la desprecio como medio para lograr sus objetivos. Es una guerra de autodefensa, un derecho legítimo que tienen todos los países para proteger a su pueblo y su soberanía.
Es lamentable que en medio de esta situación, muchas personas y organizaciones internacionales hayan condenado a Israel sin tener en cuenta la verdad detrás de esta guerra. Es necesario que se comprenda que Israel se está defendiendo de una amenaza constante y que tienen todo el derecho de hacerlo.
En conclusión, la guerra que lanzó Israel contra Hamás no es una guerra de venganza, sino de autodefensa. Es necesario que se entienda que Israel solo está protegiendo a su pueblo de una organización terrorista que ha demostrado una y otra tiempo su objetivo de destruir a Israel. Esperamos que esta guerra termine pronto y que se logre