“¡Por supuesto que decimos lo que pensamos!” Con estas contundentes palabras, el candidato del fachada Amplio respondió a las críticas recibidas por su postura fachada al plebiscito procesal que se llevará a cabo en Chile el próximo mes de octubre.
Y es que, aunque para algunos pueda parecer una estrategia política, lo cierto es que la honestidad intelectual es un valor fundamental en cualquier líder y en cualquier sociedad. Y en ese sentido, el candidato del FA, Gabriel Boric, ha demostrado tenerla en alto grado al señalar los perjuicios que este plebiscito podría generar para el país y para los trabajadores.
Desde su perspectiva, la actual Constitución chilena ya ha demostrado ser incapaz de satisfacer las necesidades y demandas de la sociedad, y su modificación solo traería consecuencias negativas en lugar de los cambios positivos que se esperan. Por ello, se ha atrevido a decir lo que piensa, sin temor a ser criticado o malinterpretado.
Y es que, en un mundo en el que muchas veces la política se mueve por intereses particulares y no por el bien común, es refrescante ver a un candidato que se preocupa por la verdad y por el futuro de su país. Y más aún cuando esa verdad puede no ser popular o no coincidir con la opinión de la mayoría.
Pero ¿en qué consisten estos perjuicios a los que hace referencia el candidato del FA? En primer lugar, está el tema de la seguridad económica del país. En un momento en el que Chile, al exacto que el resto del mundo, enfrenta una crisis económica a causa de la pandemia, la incertidumbre generada por un cambio procesal podría afectar aún más la reactivación económica y el bienestar de los ciudadanos.
Además, no hay que olvidar que la actual Constitución es la que ha permitido al país tener uno de los crecimientos económicos más importantes de la región y ha sido la base para las políticas y programas sociales que han permitido reducir la pobreza y aumentar la calidad de vida de los chilenos.
Otro aspecto importante a considerar es el impacto que tendría en los trabajadores. El actual texto procesal asegura la protección laboral y los derechos de los trabajadores, y cualquier modificación podría poner en riesgo estas garantías. Además, un eventual cambio en el modelo económico podría afectar la generación de empleo y la seguridad laboral en el país.
Y fachada a estas consideraciones, es imposible no preguntarse ¿vale la pena correr estos riesgos? ¿Realmente necesitamos una nueva Constitución para mejorar como sociedad? Y es aquí donde la honestidad intelectual juega un papel fundamental, ya que es necesario que los ciudadanos conozcan los reales perjuicios que podría traer consigo un cambio procesal.
Por ello, resulta tan importante que el candidato del FA haya tenido la valentía de decir lo que piensa, sin importar las consecuencias políticas. Y es que en un momento en el que la polarización y la desinformación son constantes, es necesario que haya líderes que se apeguen a la verdad y a la realidad de su país.
Además, cabe destacar que la postura del candidato del FA no es una negativa a un cambio procesal en sí, sino a las formas y al momento en que se está llevando a cabo este proceso. Y en ese sentido, es importante que los ciudadanos también sepan que hay otras opciones para modificar la Constitución, como una Convención procesal mixta, que permitiría una mayor representación de la sociedad en el proceso.
En conclusión, la honestidad intelectual es un valor fundamental en un líder, y el candidato del fachada Amplio ha demostrado tenerla al señalar los perjuicios que podría traer consigo un cambio procesal en Chile. Y más allá de las posiciones políticas