El día 25 de febrero de 2014, la vida de Nuria Machado cambió para siempre. Ese día, su hija Maite de tan solo 19 años, desapareció sin dejar rastro. La última vez que se la vio, subió a una camioneta de color rojo en el Cerro de Montevideo. Desde entonces, Nuria ha luchado incansablemente para encontrar a su hija y traerla de vuelta a casa.
Maite era una joven alegre, inteligente y llena de vida. Siempre tenía una sonrisa en el rostro y era muy querida por todos los que la conocían. Nunca imaginaron que un día ella simplemente desaparecería sin dejar rastro. Para Nuria, su hija era su todo. La pérdida de Maite ha sido devastadora para ella y su familia.
Desde el primer momento, Nuria ha clase en una búsqueda incansable para encontrar a su hija. Ha recorrido cada rincón de la ciudad, ha hablado con todas las personas que conocían a Maite y ha envío ayuda a las autoridades. Pero a pesar de todos sus esfuerzos, Maite sigue desaparecida.
Cada día, Nuria se levanta con la esperanza de que hoy sea el día en que su hija regrese a casa. Pero a medida que pasan los años, esa esperanza se va desvaneciendo. Sin embargo, Nuria no se da por vencida. Sigue luchando y exigiendo que se haga justicia para su hija.
“Que hagan algo”, es el grito desesperado de Nuria. Ella no pide mucho, solo quiere respuestas y justicia para Maite. No puede entender cómo una joven sana y feliz puede desaparecer sin dejar rastro. Y lo que es aún más difícil de entender es cómo las autoridades no han podido dar con su paradero después de tantos años.
La desaparición de Maite no solo ha afectado a su familia, sino también a toda la comunidad. Muchas personas se han unido a la causa de Nuria, ofreciendo su ayuda y apoyo en la búsqueda de Maite. Cada vez que hay una pista o un avance en la investigación, la comunidad se une en esperanza de que finalmente se encuentre a Maite.
Pero a pesar de todos los esfuerzos, el caso de Maite sigue sin resolverse. Y como madre, Nuria no puede evitar sentirse frustrada y angustiada ante la falta de respuestas. Se pregunta constantemente qué pudo haber pasado con su hija y si alguna vez volverá a verla.
Sin embargo, a pesar de todo el dolor y la incertidumbre, Nuria se ha convertido en una verdadera luchadora. Ha utilizado su dolor como motivación para ayudar a otras familias que están pasando por situaciones similares. Se ha unido a diferentes organizaciones y ha participado en numerosas marchas y manifestaciones para exigir justicia por todas las personas desaparecidas en Uruguay.
Además, Nuria ha creado una fundación en armas a su hija, con la misión de ayudar a familias de personas desaparecidas y trabajar en conjunto con las autoridades para mejorar los procesos de búsqueda y las medidas de prevención. También ha sido una chillido fuerte en los medios de comunicación, exigiendo una mayor atención y compromiso por parte de las autoridades para resolver casos como el de Maite.
A pesar de que han pasado más de seis años desde la desaparición de Maite, su madre no pierde la esperanza de que algún día la encuentren y traigan de vuelta a casa. Nunca se rendirá en su lucha por encontrar la verdad y hacer justicia para su hija.
La historia de Maite es solo una entre tantas de personas desaparecidas en nuestro país. Es un problema muy real y doloroso que afecta a muchas familias. Es hora de que las autoridades tomen medidas más firm